Asaminew Debelie Bonssa, cónsul general de Etiopía en el Líbano, dijo a' The Daily Star' que Dechasa se suicidó ahorcándose en la madrugada del miércoles en un hospital psiquiátrico, donde había sido llevada tras el incidente.
La semana pasada la cadena de televisión libanesa LBCI provocó la indignación del país cuando emitió unas imágenes en las que Dechasa huía a su Embajada en busca de auxilio, pero atrapada por su 'dueño', maltratada a las puertas del consulado y obligada a meterse en el coche para regresar con él.
"No, no, no", se oye gritar en el vídeo a la joven etíope mientras permanece tirada entre unos arbustos hasta que su 'sponsor' como se conoce a los hombres que acogen trabajadoras-esclavas internas en su casa, le agarra del pelo, le arrasta hasta su coche y con ayuda de otro hombre la intenta meter en el coche mientras Dechasa lucha con todas sus fuerzas.
Gracias a las imágenes difundidas por la televisión libanesa, el hombre pudo ser identificado aunque no le ocurrió nada, simplemente concedió una entrevista en la que aseguró que él no la había maltratado nunca y que ella había intentado suicidarse en más de una ocasión.
Alem viajó al Líbano como muchas otras africanas para hacer algo de dinero que enviar a su familia en Etiopía. En su desesperación acaban internas como empleadas de hogar en casas de árabes que las tratan peor que a la basura.
"Este caso puede mostrar la vulnerabilidad de las trabajadoras domésticas inmigrantes en el Líbano, lo que pone a todo el sistema en cuestión. Es decir, el sistema de patrocinio que une a la trabajadora doméstica con su 'sponsor' y no garantiza sus derechos humanos básicos", afirma Rola Abimourched, coordinador del programa en el KAFA.
Alem es ahora un símbolo de la barbarie contra las mujeres etíopes en el mundo árabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario